Por Christian Klunz y Klaus Bergmann, DPA
BELO HORIZONTE.- Mientras Lionel Messi y Arjen Robben esperan para disputarse la corona de máxima estrella de Brasil 2014, Miroslav Klose ganó ya su duelo particular con la historia y se convirtió ayer en una nueva leyenda.
Con su gol a Brasil, el delantero de 36 años sumó 16 tantos en mundiales y superó por uno al brasileño Ronaldo como máximo goleador en la historia del torneo.
Como ya ocurrió con su primer gol en Brasil 2014, cuando empató 2-2 un partido que se complicaba ante Ghana en la fase de grupos, Klose marcó ayer por segunda vez en el torneo un tanto clave ante el rival teóricamente más duro para el combinado germano. Y no se conforma con el récord que ahora tiene en solitario.
Y es que las cifras de Klose se miden en magnitudes míticas. Sus 16 goles lo dejan liderando en solitario un olimpo futbolístico que completan Ronaldo (15), el “bombardero” alemán Gerd Müller (14), el francés Just Fonatine (13) y “O Rei” Pelé (12). Además, sólo el alemán Uwe Seeler y Pelé marcaron, como Klose, en cuatro Mundiales.
También sus números con Alemania imponen. En 136 partidos como internacional marcó 71 goles y es el máximo anotador en la historia de la selección, por encima de los 68 de Gerd Müller.
Nacido en 1978 en la Polonia comunista como hijo de un futbolista profesional y de una jugadora de balonmano de la selección polaca, Klose vivió con su familia unos años en Francia antes de trasladarse a los ocho años a Alemania. Nunca quiso perder su patria de origen: con su mujer y sus hijos sigue hablando polaco.
En 2000 debutó en la Bundesliga alemana con Kaiserslautern y un año más tarde fue convocado a la selección. Ingresó por primera vez en un partido contra Albania por la clasificación al Mundial 2002 y antes del final marcó su primer gol como internacional.
Desde entonces su acrobático salto mortal para celebrar cada gol se repitió a ritmo de récord con la selección y con Werder Bremen, el Bayern Munich y desde 2011, con Lazio. “En el gol recibí un golpe y no estaba en condiciones de dar mi salto”, dijo el delantero sobre su característica voltereta.
Su presencia en Brasil pareció estar en duda tras un año difícil marcado por varias lesiones, la última de las cuales lo tuvo de baja un mes en abril. Pero el DT Joachim Löw apostó por él a cambio de Mario Gómez, otro posible 9.
Sencillo y sereno, el delantero de 1,82 metros aceptó sin problemas su rol de suplente en el esquema de Löw. Pero cuando pisó por primera vez la cancha en el minuto 69 del partido en la fase de grupos ante Ghana, tardó dos minutos en hacer el 2-2 definitivo.
Ayer hizo su segundo tanto en Brasil y, con Alemania como gran candidata al título, todo indica que tendrá oportunidades de hacer más. “En los entrenamientos se ve que encajamos genial. Y en la cancha que somos una unidad”, celebró tras el histórico 7-1.